El hormigón, aunque se trate de un material muy resistente, conviene ser pulido con cierta frecuencia para que este se mantenga en perfectas condiciones, haciendo que también se vea mucho más bonito y llamativo. Pero, ¿cómo pulir el hormigón? El pulido de hormigón consiste en utilizar un abrasivo compuesto de diamantes industriales sobre superficies de hormigón rugosas para obtener una apariencia mucho más moderna y sofisticada.
Los diamantes industriales se encuentran en diferentes formas y tamaños. El tamaño del diamante industrial y el número de grano son inversamente proporcionales entre sí, es decir, los discos con diamantes más grandes tienen un grano menor y viceversa. A mayor aspereza del suelo, más bajo será el grano. Para el pulido de un pavimento utilizamos granos más altos con diamantes más pequeños. Gracias a la técnica de pulido se logra mejorar todas las prestaciones de dicho material de construcción. Para ello se necesita eliminar todas las imperfecciones, lijando y puliendo la superficie hasta que esta quede suave. Existen 2 tipos de máquinas para pulir hormigón:
- Pulidora de hormigón tradicional, ideal para la preparación de superficies
- La fratasadora, recomendada para el acabado de pisos. La fratasadora puede ser manual o bien pilotada.
Pasos para pulir hormigón
El hormigón puede ser pulido en seco o mojado, pero ante todo es importante preparar la superficie de hormigón a pulir, siguiendo los siguientes pasos:
- Evaluar la dureza de minerales. De esta manera, podrá determinarse si se trata de un hormigón blando, medio o duro y utilizar las herramientas adecuadas.
- Limpiar la superficie, eliminar las manchas difíciles con una fregadora industrial y agua.
- Reparar cualquier desperfecto o grieta con mortero especial.
- Pulir con grano grueso, con un disco de pulido de grano grueso (500) para lijar
- Cambiar a un disco de pulido de grano fino. Se recomienda realizar movimientos circulares para trabajar sobre todo el piso.
- Utilizar un disco de pulido con grano extra-fino para la etapa final, lo que le dará un aspecto muy bonito, y con un brillo similar al vidrio.
- Utilizar la amoladora para aplicar lustre.
Para el pulido del pavimento de hormigón es preciso contar con la maquinaria necesaria como una pulidora para hormigón, utilizar abrasivos específicos para lijar y pulir el suelo de hormigón. Para superficies pequeñas, si no se dispone de pulidora puede optarse por el alquiler de la maquinaria o una pulidora de segunda mano. Para grandes superficies es mejor contratar alguna empresa de hormigón pulido que realice el trabajo. Importantísimo: antes de utilizar la pulidora disponer de un equipo de protección, máscara antipolvo, guantes, gafas de seguridad, tapones para los oídos. Es importante pulir el suelo de manera progresiva, comenzando por los granos más bajos a terminar por los más altos.
¿Es mejor pulir el hormigón en seco?
¿Pulido en seco o en mojado? Son las dos formas que existen de pulir. En el pulido en seco, no se añade agua al proceso lo que llega a generar mucha más cantidad de polvo. Solo cuando la situación lo requiere y se sabe que no existen riesgos para la salud, puede realizarse parte del pulido en seco. En ocasiones, uno puede encontrarse ante una solera de hormigón seriamente dañada, con un nivel de desgaste realmente importante. Puede ser debido a una falta de mantenimiento o por el hecho de haber soportado una intensa y prolongada actividad. Si el desgaste o deterioro es severo antes de la fase de pulido se precisa aplicar una nueva capa de rodadura. Si el problema se debe a la mala calidad de los materiales, solo mediante el pulido en seco será posible la recuperación del pavimento de hormigón. El pulido en seco es muy poco práctico, por lo que suele realizarse con un proceso en mojado en donde se vierte agua sobre el pavimento y se pule y lija con una fratasadora. El pulido en mojado es bastante más eficiente manteniendo el polvo a ras del suelo. Existen tres tipos de acabados para el hormigón:
- Mate
- Satinado
- Brillante
Cada acabado implica varios pasos de pulido utilizando diamantes cada vez más finos. Después de cada fase, el pavimento debe limpiarse con una fregadora industrial, que recoge el lodo producido por el pulido y deja el suelo limpio. A mitad del proceso, se aplica un densificado para reforzar la superficie de hormigón, y para finalizar un sellado impregnador que hace que el pavimento sea más resistente a la absorción de líquidos. Finalmente, el pavimento es pulido llegando a alcanzar un acabado brillante, llamativo y espectacular.